José Cruz Herrera fue un ilustre pintor español nacido el 1 de octubre de 1890 en La Línea de la Concepción.
Comenzó dando sus primeros pasos en su ciudad natal, realizando obras de pequeño formato como el cementerio y la iglesia parroquial. Más tarde, se marcha a Sevilla para continuar sus enseñanzas de pintura. No obstante, dicha ciudad se queda pequeña para sus aspiraciones y decide trasladarse a la capital de España. En Madrid, ingresa en la Academia de Bellas Artes de San Fernando donde recibe las enseñanzas de reconocidos pintores. Su estancia en la capital está marcada por la consecución de importantes reconocimientos y éxitos tales como una Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1915 con el lienzo La Capilla del Cristo, una Segunda Medalla en 1924 con el lienzo Al mercado, y una Primera Medalla en 1926 con el lienzo Ofrenda de la cosecha. En 1920 participa en el I Salón de Otoño celebrado en el Retiro, siendo clave su presencia en innumerables ocasiones. En 1921 expone 40 cuadros en el Salón del Círculo de Bellas Artes de Madrid, asistiendo a la inauguración la Infanta Isabel. La Línea le ofrece un emotivo homenaje por sus triunfos. Además, conoce a la que fue su compañera y esposa Amparo Mayor de Miguel.
En un paréntesis de su estancia en Madrid, el pintor decide emprender un viaje a Sudamérica. Allí expone sus trabajos y realiza algunos nuevos, tanto en Buenos Aires como en Montevideo. Además, expone en Bélgica, Milán y Roma.
En 1927 visita Marruecos, la tierra que tanto ha contemplado desde su ciudad natal. Se instala en Casablanca, donde abre un estudio. En este lugar, Cruz Herrera “lleva a sus lienzos judíos de luengas barbas, bereberes del desierto, moras de ojos negrísimos, bailarinas semidesnudas, músicos ciegos que tocan por las esquinas, zocos abigarrados, telas policromas, instrumentos árabes, fiestas de moros adinerados, retratos de la aristocracia, etc. Aquí se inicia una nueva etapa en la vida del pintor, con una pincela mucho más suelta, siendo sus lienzos galardonados en numerosas ocasiones.” (www.museocruzherrera.com)
Sus continuas exposiciones en Marruecos lograron que una abundante clientela francesa se interesase por sus trabajos. Por este motivo, en 1929 decide instalarse en París donde se le galardona con la Medalla de Oro de las Artes, las Ciencias y las Letras de París.
Por otro lado en España, sigue exponiendo en los salones de otoño que tienen lugar cada año. Además, en 1956 funda el grupo Velázquez junto a otros pintores reconocidos.
A pesar de los éxitos cosechados tanto en Marruecos como en París, Cruz Herrera nunca olvida su tierra, realizando obras de gran valor para el ayuntamiento linense y abriendo un estudio en la vecina localidad de San Roque. Destacan dos impresionantes lienzos realizados para el Ayuntamiento de La Línea en 1926: Ofrenda a la Línea y Mujeres Linenses.
En la última etapa de su vida, el pintor sigue activo y no cesa su actividad exponiendo en numerosas ocasiones y obteniendo importantes galardones y reconocimientos. En esta última etapa, ya con 73 años, emprende un proyecto de gran envergadura en La Línea, una pintura de la Patrona de la ciudad, La Inmaculada.
José Cruz Herrera fallece el 11 de agosto de 1972 en Casablanca (Marruecos). En 1974 el Ayuntamiento le concede, a título póstumo, la Medalla de Oro de la ciudad.
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